La campaña barata de la oposición
Por: Fernando Hidalgo Vergara
Tan baratos los regalos que entregan los priistas en los recorridos que hacen por los municipios del Estado de México, como el discurso de las dos candidatas que buscan gobernar esa entidad, la más poblada y trascendente, electoral y políticamente hablando, de cara a la elección presidencial del próximo año.
Bolsas, gorras, camisetas, lo de siempre, lo que daban cuando eran una aplanadora electoral que ya murió.
Bravatas sin sentido y lugares comunes de Alejandra del Moral, quien parece estar asesorada por el mismo equipo que lo hizo con Carolina Viggiano, cuando disputó la gobernatura de Hidalgo el año pasado.
Ese mismo que logró la derrota más contundente en la historia de Hidalgo.
Porras, matracas y gritos de guerra en los recorridos callejeros de ambas candidatas, que poco y nada le interesan a la gente de a pie.
Al pueblo, como llaman ahora a ese ente etéreo cuyo uso electoral cambia a conveniencia.
La dramática incapacidad intelectual de la candidata de Morena, Delfina Gómez, destaca más cuando su equipo trata de arroparla para que no responda algo que la meta en un brete grande mientras ella ríe con el nerviosismo que provoca la ignorancia.
La antesala mexiquense de la guerra electoral presidencial no es nada halagüeña para la oposición; el empaque de los perfiles que buscarán abanderar a la oposición garantiza, sin duda, el triunfo de cualquier corcholata de Morena.
La que sea, la que elija el presidente a través de sus encuestas.
Lilly Téllez, por retomar el ejemplo más difundido hasta el momento, como una verbigracia que atenta contra toda lógica y decencia, no tuvo mejor ocurrencia que presumir la única elección que ha ganado…cuando militaba en Morena.
El despliegue de creatividad electoral de este fin de semana dejó a la oposición como ha estado los últimos años: sin rumbo, sin idea y sin una sola candidatura seria para enfrentar al presidente y su consuetudinaria violación a la Constitución.