El Palacio de Bellas Artes, último escenario de la estrella del Cine Mexicano.
Desde temprana hora, el público hizo fila para ingresar al palacio de mármol y despedirse de la última gran diva del cine mexicano. Con fotografías y pancartas con mensajes de cariño y admiración, las personas rindieron homenaje al pasar frente al féretro que permaneció hasta las 13:00 horas.
Hubo flores blancas, rehiletes; porras y vítores se escucharon desde la Alameda Central, mientras en el recinto sonaban canciones como Amor eterno, Alma mía y Nos volveremos a encontrar. Para terminar, el Mariachi Real de Jalisco interpretó Las golondrinas, pieza con la que se dio el último adiós.
A muy corta edad, Silvia Pinal sintió atracción por el ambiente artístico e intentó ser cantante de ópera, lo que la condujo a tomar clases y participar en Las hijas de Cádiz y en Madame Butterfly.
Su incursión en un concurso de belleza la llevó a conocer a los actores Rubén Rojo y Manolo Fábregas, quienes la impulsaron a ingresar en la Escuela de Actuación del INBAL, época en la cual fue alumna de Carlos Pellicer, Salvador Novo y Xavier Villaurrutia.
Tras debutar en comedias radiofónicas, la novel actriz interpretó distintos papeles a principio de los años cincuenta durante la llamada Época de Oro del cine mexicano. Su capacidad polifacética la condujo a ser elegida para participar en comedias cinematográficas, como El rey del barrio y La marca del zorrillo, al lado de Germán Valdés Tin Tan; en la cinta Un rincón cerca del cielo compartió crédito con Pedro Infante, así como en Puerta, joven, al lado de Mario Moreno Cantinflas.
Silvia Pinal se desempeñó como actriz de diversos géneros, en múltiples escenarios y con elencos de actores tanto mexicanos como extranjeros, bajo la conducción de destacados creadores, incluido Héctor Mendoza, quien la dirigió en Ana Karenina.
Diego Rivera la inmortalizó en un retrato de cuerpo entero, mientras que Ricardo Ponzanelli esculpió su imagen y Luis Buñuel la consagró en el séptimo arte con una trilogía (Viridiana, El ángel exterminador y Simón del desierto).
Escenarios nacionales e internacionales
Su amplia y destacada incursión en radio, cine, teatro y televisión la hizo merecedora de innumerables reconocimientos, entre ellos el premio Ariel por su actuación en las cintas La dulce enemiga y Locura pasional, mientras que en el rubro de mejor coactuación en la película Un rincón cerca del cielo. Recibió el Ariel de Oro en 2008.
Su popularidad se extendió a otros países: en España filmó cuatro cintas, en Italia llegó a producir y protagonizar una película, además de participar en coproducciones en Brasil y Chile.
Pionera de la comedia musical en México, en 1958 participó en Ring, Ring llama el amor, que se presentó en el Teatro del Bosque, montaje al que le siguieron Mame y Hello Dolly con su actuación en los papeles protagónicos.
A principios de la década de los sesenta, la actriz alcanzó mayor proyección internacional al protagonizar las películas Viridiana (1961), distinguida con la Palma de Oro en el Festival de Cannes, Francia; El ángel exterminador (1962), considerada una de las mejores películas de todos los tiempos por The New York Times, y Simón del desierto (1964), las tres dirigidas por el cineasta español Luis Buñuel y producidas por Gustavo Alatriste.
Reconocida a nivel internacional, en España el gobierno la condecoró con la Orden de Isabel la Católica por su contribución cultural al mundo del cine, así como por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood, que la consideró una de sus integrantes por su larga trayectoria y aportación a la industria cinematográfica.
Figura trascendental de la historia cultural de nuestro país, la primera actriz -con más de 70 años de trayectoria- será recordada por convertirse en pionera en los medios de comunicación, empresaria y artista inmortalizada en obras perenne del arte en nuestro país.