Columna invitada.
Escribe: EL SEÑOR DE LOS SUSURROS
Una nueva crisis enfrenta el Grupo Pachuca, luego de que se diera a conocer que se habría liberado una orden de aprehensión en contra del dueño Jesús Martínez Patiño, y del representante legal del club Pachuca Hipólito Gerardo Cabrera Acosta; noticia que trascendió a nivel local, nacional e internacional, y no era para menos, se trata de un pesonaje que ha sido señalado en diferentes ocasiones por la manera en que ha ido acumulando su riqueza con la complacencia de gobernadores y políticosprincipalmente.
De inmediato en todos los espacios noticiosos se dio a conocer la información de que un juez de control de la Ciudad de México emitió una orden de aprehensión por el delito de desobediencia de particulares agravado, luego de que los señalados se negaran a presentarse a una audiencia inicial y a una segunda cita. En este conflicto la contraparte se trata de la cadena deportiva Fox Sport y el motivo de este delito penal de carácter mercantil sería por la transmisión de los partidos de los Tuzos y de León.
Muchas horas después, la improvisada área de Comunicación Social emitió un escueto comunicado con mucha paja, para decir que efectivamente se liberaron las órdenes de aprehensión en contra de los señalados, pero que no habían acudido al llamado de la autoridad en virtud de que podrían quedar detenidos mientras se desahogan las diligencias y por supuesto que no están dispuestos a manchar su linaje, aunque en realidad siempre ha estado sucio desde la concepción del proyecto.
La crisis de comunicación ya para entonces había rebasado a la institución, que hasta antes del comunicado no había metido ni las manos y cada medio explicó lo que a consideración entendía del tema por falta de una estrategia efectiva y elemental de manejo de información. Pero cuando se pensaba que eso era todo, horas despues en la cuenta de las redes sociales del Club Pachuca publicaron un video de un minuto con 10 segundos donde apareció uno de los aludidos, Jesús Martínez.
Como si lo hubieran obligado a dar la cara, con un gesto adusto, sentado en un sillón indivudual apareció con un subido tono de voz y en momentos con los puños cerrados para decir que siempre da la cara “porque a través del día han surgido informaciones”(sic) que han dañado muchisimo la reputación del Grupo Pachuca y de Jesús Martínez.
Nunca fue directo a explicar el tema por el cual es señalado, dio tumbos hablando de que a lo largo de 30 años han cumplido a cabalidad los contratos, que son puntuales en los pagos de impuestos, y que la institución crea fuentes de empleo, para la salud, la educación y el deporte. De ahí saltó a que siguen confiando en México y que seguirán construyendo un México mejor para la niñez y la juventud. No sin antes advertir que al día siguiente se tendrá más información “de toda esta situación”.
Nada, no dijo nada sustancioso y nuevamente le abre paso a las especulaciones. Se sabe que Jesús Martínez es muy afecto a marcar su distancia con la prensa, porque suele ser de mecha corta, como aquella entrevista que le hizo el periodista José Ramón Fernández a quien llamó mentiroso.
No tiene tacto, no tiene las formas adecuadas para tratar a los medios de comunicación. Y hay que decirlo, es iracundo y altanero. Se ha nublado, pareciera que le hace un favor a los periodistas con contestarles, es sumamente impositivo; ese es Jesús Martínez.
Lejos de mostrar gratitud ante el apoyo de los poderosos políticos que por décadas lo dejaron hacer y deshacer a sus anchas, cada vez se nota más irascible. Sin duda es un empresario exitoso, pero poco empático con los medios locales y con algunosnacionales, como si ignorarlos o desestimarlos borrara la larga lista de cochupos y canonjías en los que ha estado envuelto Jesús Martínez y su amafiado grupo.
La justicia llega tarde, pero llega.

 
											

 
											