El PRI, siendo el PRI
Por: Fernando Hidalgo Vergara ( @FHidalgoVergara)
El Partido Revolucionario Institucional es el instituto político más viejo, sus origines se remontan hace casi 100 años, a principios del siglo pasado.
Nunca en su historia había tenido una crisis tan grave como la que experimenta hoy.
Sus dos últimos bastiones están en juego, Coahuila y el Estado de México, nunca han sigo gobernados por otro partido.
El segundo lo será, la victoria de la candidata de Morena, Delfina Gómez Álvarez, con todo y su inconcebible incompetencia e incapacidad política e intelectual, ganará sin problema la gubernatura.
En Coahuila, seguirá el PRI, sin embargo no gracias a sus buenas acciones de gobierno ni mucho menos a la gran campaña del candidato, sino únicamente por la división y franco pleito entre los candidatos de Morena, Armando Guadiana y el exfuncionario favorito de las mañaneras, Ricardo Mejía Bardeja.
Alejandra del Moral había hecho una campaña diluida entre lo insulso y lo irrelevante, sin capitalizar la franca incapacidad de su adversaria y sus puntos negativos como los descuentos a trabajadores municipales cuando gobernó Texcoco, algo que no le perdonan en esa demarcación.
Sin embargo, Del Moral presentó batalla a partir del primer debate, donde se vislumbró la dificultad de Delfina Gómez para articular dos ideas seguidas.
La campaña de la alianza PRI, PAN, PRD levantaba con dificultades pero con constancia, hasta que llegó la bomba.
Y la bomba es de esas que le explotan al priismo desde tiempos inmemoriales.
Un escandaloso caso de corrupción auspiciado por el gobernador saliente, y silente, Alfredo del Mazo Maza, hijo, nieto, bisnieto de la clase política priista gobernante en el Estado de México.
La revelación, de carácter internacional, fue hecha por el diario británico The Guardian, y se resume grosso modo en que en agosto de 2021, la periodista mexicana María Teresa Montaño Delgado fue secuestrada mientras investigaba la corrupción en el Estado de México.
Junto a ella, un consorcio formado por distintos periodistas prosiguió con su investigación, revelando la firma de decenas de contratos por un valor de alrededor de 280 millones de euros —más de 5,000 millones de pesos— a través de contratos públicos que presentan anomalías y firmados con sociedades que podrían encajar en el esquema de “sociedades fachada” (así como otras empresas localizadas a cientos de kilómetros del Estado de México).
Si, el mismo esquema que tan de moda se ha puesto desde hace poco tiempo: las empresas fachada, o fantasma, que surgió precisamente en el Estado de México en el gobierno de Enrique Peña Nieto y se repicó con maestría en estados como Chihuahua, Coahuila, Veracruz y por supuesto, Hidalgo.
El modus operandi que fue y será la tumba del Revolucionario Institucional, como lo fue aquí, en Hidalgo, con la llamada estafa siniestra que, con las debidas proporciones guardadas, degeneró en los mismos resultados.
Dinero del erario sustraído de forma ilegal a través de operaciones y licitaciones fraudulentas que va a parar a las arcas del PRI y de algunos, no todos, priistas.
El Estado de México es cuna del grupo y del formato “Atracomucho”.
El Estado de México será la sepultura del partido tricolor.