El Correo de las Brujas

El Correo de las Brujas

🧙🏻‍♀️ El “accidente fortuito” en Omitlán.

🧙🏻‍♀️ El PAN, ¡dio señales de vida!

🧙🏻‍♀️ La Legislatura de la certificación


🧙🏻‍♀️ El “accidente fortuito” en Omitlán.

Menos mal que no fue un accidente planeado, en cuyo caso las víctimas mortales, sin duda, habrían sido más de los cinco trabajadores que perdieron la vida.

Inopinadas las declaraciones del delegado de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), Ernesto Jáuregui Asomoza, quien aseguró que el fortuito percance pudo ser ocasionado por una falla en algún punto del andamio, por lo que esperarán un dictamen de las autoridades correspondientes.

Así, sin peritajes de por medio, el funcionario descartó alguna negligencia, por decir lo menos, que pudiese haber causado el derrumbe que mató a cinco personas.

Humor negro y, ese sí, fortuito, el del delegado.


🧙🏻‍♀️ El PAN, ¡dio señales de vida!

Durante el pasado fin de semana, dió inicio la jornada de “capacitación para aspirantes a cargos de elección popular”, organizado por la dirigencia estatal del PAN, que encabeza la exdiputada Claudia Luna Islas.

En ella, se dieron cita, dijeron, “más de un centenar de militantes y simpatizantes de Acción Nacional”.

Con ponencias que sumaron a la formación y crecimiento de las y los presentes, se dejó en claro que el PAN debe distinguirse por generar buenos gobiernos que cuenten con las herramientas necesarias para lograr el bien común.

Lo que no dijeron es cómo, si aún no deciden, a través de sus comités municipales, si irán o no en alianza con el PRI, a cuya nueva dirigencia local no ven con buenos ojos.

Si se tardan más, ocurrirá el agandalle que las autoridades nacionales de los partidos practican con maestría sin igual.


🧙🏻‍♀️ La Legislatura de la certificación

Hace 21 años, en la primera de dos jornadas electorales que se realizaron en Hidalgo, el 17 de febrero de 2002, se eligieron a quienes integraron la LVIII Legislatura del Congreso estatal.

En aquel momento, ya en funciones las y los diputados, se propuso certificar todo el proceso legislativo, desde el ingreso hasta el dictamen y aprobación, o no, de cualquier asunto ya en competencia del Congreso.

Para evitar disposiciones internas a modo, se identificaron las normas ISO aplicables, hasta tener la certeza de que se podía buscar la Certificación correspondiente.

El impulsor de esa certificación, quien entonces se desempeñaba como “edecán de los diputados”, inició, con muy buena disposición y decisión del entonces Coordinador Legislativo, una inmensa “talacha”, legal y administrativa, para identificar todo curso de acción, con la previa y difícil tarea de convencer al personal involucrado, incluidos los legisladores.

Entre aquellas arduas y complicadas tareas personales se encontraba la de asistir a las Sesiones del Pleno.

Y, ya entrados en las exigencias sobrehumanas, la de permanecer en ellas hasta su conclusión.

La certificación se logró.

En la actual Legislatura, no solo sería impensable, sino grosero con las y los legisladores, pues resulta una falta de respeto exigirles que cumplan con sus tareas principales y no la de salir a buscar asegurar su futuro.

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