El Correo de las Brujas 

El Correo de las Brujas 

Algo quedó claro tras la conversación con el presidente del Congreso de Hidalgo, Andrés Velázquez Vázquez: en esta Legislatura, al menos por ahora, nadie tiene mordaza. 

Y eso, en tiempos donde muchos gobiernos aman la unanimidad forzada, ya es una rareza digna de subrayarse.

Velázquez lo dijo sin rodeos: la oposición estuvo “en su papel” porque tuvo libertad plena para decir, preguntar y cuestionar lo que quisiera. 

No hubo advertencias, silencios impuestos ni “eso no lo puedes decir”. 

Y sí, es válido levantar ceja: no estamos acostumbrados a escuchar eso desde el poder.

El diputado insistió en algo que vale oro en política: todas las ideas caben, porque a veces lo absurdo para uno es brillante para otro. Y en ese contraste —no en la obediencia ciega— es donde se fortalece la vida democrática.

Un Congreso que debate, contradice y se confronta es un Congreso que funciona. Lo contrario es un club de aplausos.

Velázquez reconoce que hay cosas por corregir —como en cualquier gobierno humano, no divino, como el de Ya saben quién—, pero lo esencial está ahí: un Parlamento vivo, donde los partidos hablan, discrepan y hasta se contradicen frente a los secretarios sin que eso les provoque crisis existenciales.

O problemas de estrés. O lloriqueos porque fueron criticados

Los datos oficiales del consejero del IEEH, Alfredo Alcalá Montaño, confirman lo que ya todos sospechaban: la revocación de mandato contra el gobernador Julio Menchaca es un fracaso anunciado. 

Al corte del 1 de diciembre de 2025, el INE solo validó 7,618 registros.

El requisito mínimo es de 236,529 firmas. El avance real: 3.2%. Ni para la anécdota.

Y para rematar, 849 registros quedaron invalidados entre inconsistencias y situaciones registrales. Una iniciativa con menos rigor que un formulario de Facebook.

A esto se suma otro dato que retrata el tamaño del “movimiento”: solo ocho promoventes empujan la revocación. Ocho. 

Más que un ejercicio democrático, parece un chat grupal con exceso de entusiasmo.

Pero lo peor no es la ineficacia: es el gasto inútil que implica esta vacilada.

Organizar, administrar y verificar un proceso de revocación —aunque fracase desde el arranque— implica operación, personal, logística, revisiones, sistemas, horas-hombre… todo pagado con recursos públicos.

Es decir: dinero tirado a la coladera para sostener un intento que nunca tuvo respaldo social.

Si realmente hubiera indignación ciudadana contra Menchaca, las cifras lo reflejarían.

Para quienes intentan promover esta iniciativa, viene a cuento el inmortal Hastío de Ramón de Campoamor:

Sin el amor que encanta,

la soledad de un ermitaño espanta.

¡Pero es más espantosa todavía

la soledad de dos en compañía!

El gobernador de Hidalgo, Julio Menchaca Salazar, encabezó la entrega de apoyos agropecuarios por cerca de 31 millones de pesos, en beneficio de mil 786 productoras y productores de los municipios de Tulancingo, Santiago Tulantepec, Cuautepec, Acaxochitlán, Acatlán, Metepec, Agua Blanca y Singuilucan.

Un impulso francamente importante para el desarrollo del llamado “grupo de los ocho”, encabezado por la presidenta municipal de Tulancingo, Lorena García, quien a pesar de las grillas internas que le causaron un inicio turbulento, parece comenzar a cuajar su gobierno con el respaldo del gobernador.

Y vaya que en ese grupo de importantes municipios, existen rebatingas políticas que no deberían estar por encima de las acciones  para el bienestar de la población.

Del “pueblo” hablando en los términos filosóficos de hogaño.

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