Por 🧙🏻♀️ Dos de octubre, cambio de narrativa
🧙🏻♀️ La puntada panista
🧙🏻♀️ Transporte deficiente
🧙🏻♀️ Dos de octubre, cambio de narrativa
Nadie les avisó a quienes toda la vida, al menos los últimos 55 años, han lucrado con la tragedia de la matanza de Tlatelolco, que la narrativa iba a cambiar en algún momento de la historia.
Y menos aún, que quién la cambiaría es aquel que llegó al poder usufructuando el dolor de los deudos y de la historia.
Porque, seamos serios, es un insulto a la inteligencia asumir que Andrés Manuel López Obrador y su comitiva de propagandistas buscaban genuinamente la justicia en ese y en cualquier caso donde “fue el Estado”.
Los últimos dos días, el mandatario federal se ha dedicado a exculpar al ejército y sus huestes en Hidalgo no se enteraron, como, por ejemplo, la diputada Lisset Marcelino, quien, como cada año, desde hace dos, sube a tribuna en esa fecha para criticar a los corruptos del pasado, hoy exonerados por su líder (in) moral.
Vaya balazo en el pie.
🧙🏻♀️ La puntada panista
Quien se voló la barda con ese mismo tema, para variar, es el diputado (aún) panista Rodrigo Castilllo Martínez, quien, para congraciarse con las buenas conciencias, apeló al recuerdo de los más hórridos villanos históricos como Marcelino García Barragán y Javier García Paniagua, padre e hijo, por cierto, en la remembranza del 68.
Además, se aventó la puntada de exigirle una disculpa pública al Ejército por aquel lúgubre episodio, claro, con toda la autoridad moral que le da pertenecer a una fuerza política siempre liberal, siempre abierta a las causas sociales y a las libertades, ajena a grupos represores como el Yunque, los Tecos y otros peores.
Si, ya se vio que para subirse a tribuna cualquier vacilada es buena.
🧙🏻♀️ Transporte deficiente
Terribles referencias las que el transporte público que opera a las afueras de la Feria de Pachuca se ha llevado, en los pocos días que el magno evento tiene.
Caro, escaso y lento, según las versiones de los visitantes en vivo y en las redes sociales.
Tema pendiente para las autoridades, meter en cintura a choferes de taxi que quieren exprimir a los usuarios que salen de la feria, como si dentro de ella no hubiesen gastado a manos llenas.
Se comprende que deben llevar el sustento a sus hogares pero, no la amuelen, parecen secretarios de finanzas en cierre de sexenio.
Si no se quieren molestar en ir a las instalaciones y preguntar, vean los sondeos que han hecho algunos medios de comunicación, donde la gente desahoga sus enojos ante los abusos cometidos.
