Por Por Érick Vera Olivares
Un país demasiado grande.
A unas horas de las elecciones de México y reflexionar al ver la participación de ciudadanos que acudieron esperando horas para ejercer su derecho al voto, me complace ver que cada elección son más mexicanos que se interesan por quien los gobierna donde el mexicano acude a las casillas en familia llevando en conjunto a sus abuelos, papás, hijos, hermanos que aún con sus diferencias en la mayoría de las urnas se dio la civilidad.
No hay democracia perfecta en este mundo y México no es la excepción, hoy espero que los partidos, actores políticos se den cuenta que el organismo que cuida las elecciones si funciona y es garante de la libertad del voto, por lo que debe ser fortalecido y respaldado por todos los mexicanos dándole mayores facultades y si es necesario de recursos, la democracia del país bien vale el esfuerzo.
Costó mucho fortalecer el INE, no destruyamos instituciones que vigilan nuestras libertades y derechos.
De los actores políticos no pienso lo mismo, vi una oposición al gobierno actual, muy por debajo de la altura de la ciudadanía, no aprendieron o no aprendimos en atender, comprender a la gente, a los mexicanos que no leen, no usan redes, no ven noticias, pero que sí se atreven a llamar “huevones”, por que no piensan igual o no se entienden con la gente que vive al día, que vive en el campo, que trabaja más de 40 horas a la semana no teniendo tiempo para oír a un analista político.
La división la crearon los políticos pero es tiempo que cada uno de los mexicanos nos reconciliemos si queremos avanzar, nos tenemos que reconciliar con nuestra cultura, con nuestra historia, con nuestras raíces y reescribir la historia y saber la verdad de ello, si nos seguimos engañando nunca repararemos nuestro pensar y actuar, empezando con castigar al político o funcionario que se enriquece fraudulentamente y dejarlo fuera de la vida política, así como cualquier cargo público.
Vimos a una oposición declarándose ganadora cuando los datos no los apoyaban, faltando a todos los valores democráticos existentes.
Pero lo peor: engañando a sus seguidores.
Pocos perdedores en esta fecha electoral agradecieron a sus seguidores su apoyo, reconociendo su derrota y mucho menos desearon éxito por el bien de México al candidato ganador, esto se presentó en todos los bandos.
Escuchando el discurso de la candidata a presidenta y virtual presidenta electa de México, en un hotel de la Ciudad de México, fue en un tono conciliador, mesurado, agradeciendo a los demás candidatos, donde invita a todos a transformar al país, aunado a un discurso en el zócalo con mexicanos que le dieron su voto, con palabras un poco más fuertes pero dirigido a su electorado, actuando el día de hoy amarrando y cuidando la economía, demos ahora el voto de confianza, actuó de manera conciliadora, sabiendo que tendrá la fuerza suficiente en el Congreso de la unión.
Actuar siempre vigilantes de la legalidad de su gobierno, vigilantes, pero no condenemos un gobierno que no lleva ni un día, nos lo merecemos por el bien de nosotros e hijos.
Y a los perdedores de la elección, los invito a reflexionar, reinventarse, renovarse, expulsar a esos malos dirigentes impresentables ya que el país les quedó grande y hoy en las urnas la ciudadanía se los dejo saber.
Pero bueno, sigamos divagando, hasta llegar a nuestro sitio.
