Economías de América Latina y el Caribe se desacelerarán en 2023 y crecerán 1,3%.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador pronóstico hoy en su conferencia matutina que espera un crecimiento de 3% para el cierre del 2022, el 23 y el 24, y se tendrá un crecimiento global del sexenio, aunque sea del 1% anual, “eso no es poca cosa luego de la caída del 17.1% con la pandemia…ahí vamos”.
Sin embargo, en su informe anual Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), presentado este diciembre, proyecta que el crecimiento regional del próximo año será una tercera parte de la tasa esperada para 2022.
En un contexto de incertidumbres externas y restricciones internas, los países de América Latina y el Caribe crecerán un 3,7% en 2022, poco más de la mitad de la tasa del 6,7% registrada en 2021.
Se estima que en 2023 se profundice la desaceleración del crecimiento económico y se alcance una tasa del 1,3%, explica el informe.
De acuerdo con el Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2022, dado a conocer por el Secretario Ejecutivo de la CEPAL, José Manuel Salazar-Xirinachs, las respuestas de política monetaria adoptadas a nivel mundial en 2022, en un contexto de aumento en la inflación global, han provocado incrementos en la volatilidad financiera y en los nivels de aversión al riesgo.
Como consecuencia, han inducido menores flujos de capital hacia economías emergentes, incluyendo las economías de la región.
Pero la reducción que se espera en la inflación global para el 2023 tenderá a moderar los incrementos de las tasas de política monetaria de los principales bancos centrales, añade el organismo.
Según el documento, luego del dinamismo mostrado en el primer semestre de 2022, la actividad económica de la región se ha desacelerado, reflejando, por una parte, el agotamiento del efecto rebote en la recuperación de 2021 y, por otra, los efectos de las políticas monetarias restrictivas, mayores limitaciones del gasto fiscal, menores niveles de consumo e inversión y el deterioro del contexto externo.
El informe destaca que el proceso de recuperación de los mercados laborales que se ha experimentado en el primer semestre de 2022 no ha permitido eliminar las tradicionales brechas entre hombres y mujeres que exhiben indicadores como la tasa de participación laboral y la tasa de desocupación.
Durante el 2022, se han observado tanto un aumento de la informalidad y como una caída en los salarios reales.
Finalmente, el Balance Preliminar 2022plantea que es fundamental dinamizar la inversión y la productividad para atender las demandas sociales, la creación de empleo decente y reducir la informalidad, la desigualdad, la pobreza, y avanzar en la adaptación y mitigación del cambio climático.
Para ello son que son necesarias políticas públicas innovadoras en lo productivo, financiero, comercial, social y en la economía del cuidado, para evitar una nueva década perdida como la observada durante el período 2014-2023.