Columna invitada

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Divagando

Erick Vera Olivares

El domingo, se dio una concentración en el zócalo de la Ciudad de México y en otras entidades, del movimiento llamado “Marcha por la democracia”, que unos dicen que aglutinó 90 mil personas, otros 700 mil, pero eso es otro tema.

Expusieron que se oponen al paquete de reformas que mandó el presidente Andrés Manuel López Obrador al Congreso, entre ellas la judicial, electoral, etcétera.

Pero, empecemos diciendo que todas las partes se están equivocando al llamarse conservadores, liberales, fifis, chairos y demás apelativos que quieran, y tampoco es un ataque al presidente, ni tampoco es una marcha fifi, solamente es un ejercicio de la libertad que nos da nuestra carta magna dentro de un país libre, soberano y democrático, por lo que ambos lados están en su derecho de manifestarse desde su punto de vista, y son ejercicios normales de una democracia.

Dice José Saramago que el error que tenemos, es que vemos a la democracia como un punto de llegada, como si este fuera el fin, siendo que es todo lo contrario, la voluntad del pueblo se debe alimentar día a día consolidando esa democracia con el fortalecimiento de cada uno de los poderes, de las instituciones, de los organismos que vigilan que tu y yo podamos pensar y decir lo que mejor nos convenga, siempre respetando la manera de ver de nuestros demás conciudadanos, eso debe ser un actuar cívico diario.

Como expuso Voltaire: “podré no estar de acuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo”, por lo que debe haber cada vez más conciencia politico-social que haga que siempre se defienda lo que la ley establece y que nadie, pero nadie puede manifestarse como dueño de la verdad, la ciudadanía ha dado la oportunidad a diferentes corrientes políticas y ellas han aceptado las reglas que marca la constitución y sus diferentes leyes.

No soslayemos la ley que les prestó el poder para representarnos, que el que no tiene límites termina, de acuerdo a la historia, en un simple tirano.

Por lo que hoy celebremos que puedes marchar, expresarte, manifestarte sin que nadie te coaccione, pero también reconozcamos que la autoridad reconocio esos derechos y respeto la ley, en México no hay buenos y malos, solo diferentes formas de ver el pasado, el presente y futuro de nuestro país.

Sigamos adelante y no olvidemos nuestro pasado, que el que no conoce su historia está condenado a repetirla.

Pero bueno sigamos divagando, hasta llegar a nuestro lugar.

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