Por “Todas las mujeres del gobernador” y los “Hombres necios”.
Tropicalizado aquel célebre libro-reportaje escrito por Carl Bernstein y Bob Woodward, periodistas de The Washington Post, a la realidad hidalguense, aunque en este caso no habrá un “watergate” pero sí un suceso que puede ser un parteaguas en nuestra vida política.
Tan sumidos estamos en el sistema patriarcal que nos domina, que el el término “hombres” aún se incluye a hombres y a mujeres para describir a un grupo de personas que viven circunstancias distintas pero que confluyen, en este caso, en este momento histórico.
Todas las mujeres que tienen posibilidades, por trayectoria, experiencia, exposición y momento histórico, de buscar la candidatura a la gubernatura, tendrán un común denominador: los ataques a los que serán sometidas.
Ataques venales, cobardes, anónimos, como los que ya están siendo lanzados a quienes están arriba en las encuestas.
A Simey Olvera la acusaron de presentarse en la sesión del senado en estado de ebriedad, a Susana Ángeles, de desfalcar el erario de Tizayuca, a Tania Meza, de crear “complots” al interior del Congreso local.
Aunque en realidad “todas las mujeres del gobernador” se resumen a dos: Rebeca Aladro, presidenta del Tribunal y Esther Ramírez, secretaria de Hacienda, el camino que Julio Menchaca ha abierto para transitar por primera vez en toda la historia a que una mujer gobierne el estado lo coloca en calidad de impulsor político de todas las aspirantes.
Incluso las de oposición, quienes quiera que fueren.
Los ataques tienen nombre y apellido, y se resumen a todos los hombres que, aún con los claros mensajes políticos, continúan en campaña anticipada.
Hombres necios…
