Suponiendo…sin conceder.

Suponiendo…sin conceder.

En La Dictadura Perfecta, una película de comedia y sátira política mexicana del año 2014, dirigida por Luis Estrada, se acuñó el término “caja china” como sustituto del clásico “cortina de humo”.

Ahí, en una escena, se advierte cómo, para distraer a la gran masa electora de los graves problemas que atraviesa el país y de la impopularidad creciente del presidente de la República, el inefable Enrique Peña Nieto, se utiliza como un recurso extremo y desesperado…la visita del Papa a México.

El patriarca católico amado por el pueblo; el hombre que aglutina la fe ciega de millones de personas a pesar de ser un hombre normal, más que deidad divina un político de almas. 

La solución a los problemas del gobierno, un remanso de paz a quienes lo ostentan, un respaldo cuasi divino para voltear a otro lado y no mirar la violencia, la deuda histórica, la inflación, la baja de popularidad de quien gobierna.

Ayer, el expresidente Andrés Manuel López Obrador apareció en un video de 50 minutos en el que anunció “su” nuevo libro, del que habló poco más de 10 minutos.

El resto, un monólogo político en el que lanzó mensajes al “pueblo”, es decir, a sus fieles.

Anunció las únicas condiciones que lo harían “salir” de su retiro, de su jubilación.

 “Yo saldría a la calle, para defender la democracia”.

“Para defender a la Presidenta Claudia Sheinbaum”. 

“Si hubiera intento de golpe de Estado y para  defender la soberanía de nuestro México”.

Defender la democracia, es decir, evitar la derrota de su partido en las próximas elecciones.

Defender a la presidenta, es decir, levantar su popularidad, que pasó de alrededor de 62 % de aprobación en noviembre de 2024 a 41 % de aprobación y 53 % de desaprobación en la medición de noviembre de 2025, según Morning Consult en su Global Leader Approval Rating Tracker, la que registró que AMLO fue el segundo presidente más popular del mundo.

Evitar un “golpe de Estado”, es decir, que la oposición continúe creciendo en aprobación electoral, sobre todo personajes específicos como la alcaldesa Alessandra Rojo de la Vega,  a quien el oficialismo y sus voceros han lanzado una campaña de desprestigio mendaz, falaz y procaz. 

“¿Tan grave está la cosa?”, preguntaron en La Dictadura Perfecta.

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