Por Trabajadores acusan falta de insumos, abuso de poder y hostigamiento; piden la intervención de la presidenta Claudia Sheinbaum
Trabajadores del Instituto Nacional de Rehabilitación “Luis Guillermo Ibarra Ibarra” denunciaron ante la Cámara de Diputados y la presidenta Claudia Sheinbaum un severo deterioro en la institución, derivado —afirman— de “malas decisiones administrativas, abuso de poder, corrupción y un clima de hostigamiento sistemático”.
El diputado federal panista Éctor Jaime Ramírez Barba informó que recibió a los inconformes en San Lázaro y compartió la carta dirigida a la titular del Ejecutivo federal, donde los empleados expresan:
“Hoy levantamos la voz porque callar sería traicionar a los pacientes, traicionarnos entre nosotros y traicionar al país”.
En el documento, los trabajadores aseguran que el Instituto, uno de los pilares de la salud pública dedicado a personas con discapacidad, “ha perdido parte esencial de su función” desde la llegada del actual director de Administración, Humberto Moheno Díez, el 16 de agosto de 2021.
Según su denuncia, durante los últimos cuatro años el deterioro ha sido evidente por:
- Falta de insumos básicos.
- Ropa quirúrgica en condiciones deplorables.
- Instalaciones deterioradas.
- Servicios críticos inhabilitados, como el tanque terapéutico y el sistema de vacío, ambos sin funcionar por más de un año.
- Pacientes obligados a pagar estudios externos ante la falta de recursos y equipo.
“¿Cómo se puede aspirar a un paciente sin este servicio vital?”, cuestionan, al describir que el personal de enfermería ha debido improvisar dispositivos para continuar su labor. También relatan que los baños carecen de jabón y papel, y que algunos pacientes deben costear tomografías, electrocardiogramas o incluso jeringas.
El texto advierte que esta situación viola el artículo 4º constitucional, que garantiza el derecho a la salud y la atención digna, y subraya que “el Instituto fue construido con visión, responsabilidad, humanidad y ciencia, pero hoy está siendo debilitado desde sus entrañas”.
Los trabajadores pidieron la intervención directa de la presidenta Sheinbaum y del Congreso de la Unión para poner fin al clima de hostigamiento y recuperar la misión del Instituto Nacional de Rehabilitación.
