¿En serio “se vale levantar la mano”, presidenta Alcalde?
En Pachuca, la presidenta nacional de Morena vino a decir que “se vale levantar la mano”.
Lo dijo sin matices, sin advertir que en Hidalgo ya hay demasiadas manos en alto y demasiado ruido innecesario.
Curiosa contradicción: mientras el gobernador Julio Menchaca ha pedido, al menos en tres ocasiones, no adelantar los tiempos, la dirigencia nacional parece alentar justo lo contrario.
El resultado es evidente: Simey Olvera, Cuauhtémoc Ochoa, Abraham Mendoza, Susana Ángeles, Rebeca Aladro, Natividad Castrejón, et al., se mueven con una soltura que raya en la ansiedad.
Y lo hacen aún cuando la administración estatal, a la mitad del camino, enfrenta problemas serios en seguridad, movilidad y salud.
La contradicción no es menor: el gobernador pide orden y paciencia; la dirigencia nacional sugiere que la carrera ya empezó o que puede empezar cuando a las y los competidores les dé la gana.
En medio, los ciudadanos atestiguan cómo la sucesión de 2028 comenzó a disputarse cuatro años antes, desgastando a un gobierno que todavía tiene la obligación de dar resultados.
“No somos de esos partidos que dicen: ‘hasta que yo te diga levantas la mano’. Somos un movimiento plural, con muchos liderazgos y se vale levantar la mano y decir: ‘a mí me gustaría participar para ser gobernadora, gobernador, senadora, senador, diputada, diputado, presidenta municipal o regidor”.
Suena bonito, suena irreal.
“Se vale levantar la mano”, dijo la presidenta. La pregunta es: cuando usted sea jefa de gobierno de la Ciudad de México, ¿le gustaría que levanten la mano sus correligionarios a la mitad de su administración?
El gobernador Menchaca pide trabajar sin distracciones. Su dirigenta nacional parece más interesada en la sucesión que en el presente.
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