-Entre otros factores como el colapso de las vías de tránsito y el estrés cotidiano
Raúl López Domínguez, docente de la Licenciatura en Ingeniería Civil de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), advirtió que los incidentes más recientes de agresiones entre conductores particulares o con choferes del transporte público en la capital hidalguense reflejan las fallas estructurales en distintos aspectos de la sociedad.
Este escenario es el resultado de la acumulación de varios factores, como un transporte público deficiente, la falta de educación vial, el colapso de las vías de tránsito, el estrés cotidiano, una mala planeación y diseño de la ciudad, entre otras variables. ““En la ciudadanía enfrentamos varios problemas que se han convertido en una bomba de tiempo, por lo que el sistema de transporte funciona como una válvula de escape”, declaró.
El ingeniero de tránsito destacó que la movilidad suele ser un indicador muy sensible a factores externos, el cual contribuye a medir el nivel de estabilidad o vulnerabilidad de una metrópoli en aspectos sociales, políticos y económicos. En este sentido, señaló que lugares como Nueva York, los Países Bajos y China son ejemplos de economías fuertes que cuentan con sistemas de transporte público eficientes y bien posicionados a nivel internacional.
Resaltó que si una ciudad cuenta con una infraestructura vial débil, donde la movilidad es limitada y existen riesgos como inundaciones o daños en las carreteras, afecta negativamente a la región, volviéndola poco atractiva para las empresas y dificultando la inversión de capital.
Para solucionar la problemática que enfrenta la Zona Metropolitana de Pachuca, es necesario realizar cambios estructurales profundos, como reorganizar la operatividad de los servicios, optimizar los recursos humanos, materiales y financieros del gobierno, pero sobre todo, promover la competencia justa.
El docente Garza subrayó que atender la violencia de tránsito implica ir más allá de sanciones inmediatas, pues es necesario reconocerla como un síntoma de problemas estructurales más profundos, con el fin de construir una metrópoli más segura, funcional y atractiva para la inversión.