Suponiendo… sin conceder

Suponiendo… sin conceder

La violencia del box y la frivolidad de la realidad

Otra vez, policías golpeando gente.

Y los luchadores y luchadoras sociales que tanto protestaban por eso, ¿dónde están?

El box es un deporte salvaje, dicen sus detractores; es, sin embargo, un deporte en el que se miden las fuerzas de dos combatientes en la mayor igualdad de condiciones posibles, de peso, alcance, fortaleza, habilidad y preparación, decimos a quienes nos gusta y quienes, en cualquier nivel, hemos practicado.

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, anunció el 28 de marzo lo que llamó la “Clase Nacional de Boxeo”, en presencia del gran campeón mexicano, Julio César Chávez, a celebrarse ayer domingo en todas las plazas públicas del país.

Una estrategia concienzuda, avezada, puntiaguda, bien pensada, para disminuir la violencia en nuestro país.

Mientras se realizaba la mega clase de box en la Plaza Juárez, en Pachuca, con la presencia del gobernador del estado, Julio Menchaca, y toda la clase política morenista hidalguense, en las afueras de la capital del estado, un grupo de habitantes protestaba, cerrando circulación de la carretera México – Pachuca, por la desaparición, desde el 30 de marzo, de una joven mujer, de nombre Areli Zitlali Arista Hernández.

De acuerdo con la Comisión estatal de búsqueda de personas, Areli Zitlali es la persona número 211 por la cual se levanta una ficha para localizarle después de que sus familiares no volvieron a saber de ella.

Hasta el momento, hay 215, la más reciente, de ayer, para encontrar a Yasmín Martínez Hernández, quien desapareció el cinco de abril, en Tizayuca.

Mientras funcionarios y políticos ejecutaban, con destreza elemental, uppercuts, jabs y rectos al aire, policías estatales llegaron al lugar de la manifestación y replegaron a golpes y patadas a las personas que bloquearon la circulación.

En un video, oportunísimo, publicado por la Revista Plétora Lex, se observa a un agente policial, embozado, con un casco, repartir manazos y patadas a la gente.

Cuando cesaron los golpes, en una acción por demás cobarde, el policía golpeó, por la espalda, a traición, a un hombre, inerme ya, que no vio venir el artero ataque.

Por fin la Comisión de Derechos Humanos del estado de Hidalgo dejó de atender perritos y gatitos en las redes sociales y cumplió las funciones constitucionales que la sustentan y dio inicio a una queja de oficio por probables irregularidades y violaciones a los derechos humanos por parte de los policías.

No habrá mucho que investigar, el video es claro: policías golpeando personas civiles, policías armados, con armas de fuego, repartiendo golpes a hombres, mujeres y menores de edad.

No tendrá la CDHEH y su presidenta mucho margen de maniobra para deslindar a los policías de la Secretaría de Seguridad Pública del estado, por más que lo intente.

La pregunta queda en el aire: ¿Dónde están las y los luchadores sociales que acusaban represión en el pasado?

La policía estatal acumula agresiones a la población, en el albergue para migrantes, en el 8M, en la Plaza Juárez, en la salida a México, a los antorchistas, y ni un solo reclamo. Ni un solo tuit.

¿Dónde están? Pues en sus cargos públicos, tragando sapos, sin guarnición de vergüenza.

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