Hernández Araus, en la mira
El 19 de diciembre pasado, se confirmó que el exdiputado Jorge Hernández Araus, hoy presidente municipal de Cuautepec, solventó la totalidad de las observaciones realizadas por la Auditoría Superior del estado (ASEH) a su periodo como legislador.
El ya alcalde de Cuautepec tenía observaciones pendientes por 4 millones 800 mil pesos de la Cuenta Pública 2022, cuando fungió como presidente de la Junta de Gobierno del Congreso.
El actual presidente de la Junta de Gobierno del Congreso, Andrés Velázquez Vázquez aseguró que el auditor Jorge Valverde Islas ya tiene conocimiento del pago efectuado.
Sin embargo, como ya se había informado y cuestionado en este espacio, no existe hasta el momento, un documento oficial que concluya con la entrega de esos recursos que Hernández Araus utilizó, fue señalado por la ASEH por no comprobar las remodelaciones hechas al Congreso, en donde se reportaron los gastos, pero no las pruebas de ejecución de obras.
Sin consecuencia legal y administrativa alguna, el alcalde recién llegado devolvió esos casi cinco millones de pesos, como quien paga una tanda, sin mediar documentación legal, con su sola palabra empeñada.
El presidente del PRI en Hidalgo, y diputado local, Marco Mendoza Bustamante, señaló en conferencia de prensa que él, como integrante de la Junta de Gobierno y de la Comisión Inspectora de la Auditoría, no ha recibido comprobante alguno de la transacción realizada por el alcalde ante la ASEH.
No puede bastar, por más caballeros de palabra pétrea involucrados en el asunto, la sola promesa de que ya solventó las irregularidades en que había incurrido, ya sea por descuido irresponsable o por inquina incomprobable.
La Auditoría Superior del Estado debe clarificar, demostrar que Jorge Hernández Araus resarció el daño que él mismo ocasionó al erario y que no existe evidencia de un delito o de una responsabilidad administrativa aplicable.
No es la tanda de los vecinos, son millones de pesos de dinero público que no fueron utilizados con apego a la legalidad.
La transformación no se puede permitir incurrir en un amiguismo tan burdo, o más, como los que acusan al viejo régimen.
No se lo pueden permitir.
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