Suponiendo…sin conceder. 

Suponiendo…sin conceder. 

Más vale tarde que nunca, dice el viejo y conocido refrán

Luego del anodino paso de la 65 legislatura en prácticamente cualquier rubro, incluido el del medio ambiente y la restauración ecológica en la región de Tula, los integrantes de la LXVI Legislatura votaron a favor, faltaría más, de la creación e integración de la Comisión Especial para el Seguimiento de Restauración Ecológica de la Región Tula-Tepeji, emitido por la Junta de Gobierno.

Más allá del nombre estrambótico y de que, en el bajo mundo legislativo mexicano, se sabe que, si quiere usted que un tema no avance, lo primero que debe hacer es crearle una comisión especial, la medida es trascendente, en la inteligencia que con la intervención del Poder Legislativo del estado, la población de la región tendrá, cuando menos, mayor intervención y conocimiento de las medidas que se tomarán. 

El objetivo de la comisión, se dijo en la sesión, es participar en coordinación con las dependencias y entidades federales, estatales y municipales en las acciones necesarias para regenerar, recuperar o restablecer el equilibrio ecológico, así como las condiciones naturales de la zona.

A pesar de que la población de la región ha mostrado interés y preocupación por el futuro ecológico de la zona, por supuesto en función a la salud de sus generaciones futuras, los legisladores, los que pertenecen al partido que, supuestamente, existe para proteger las políticas medioambientales, continúan priorizando otros intereses, no solamente con la representación actual del Partido Verde, sino históricamente.

Como ya lo expresamos en este espacio, el PVEM tiene en sus filas más grillos que ecologistas. 

La falta de propuestas innovadoras, la pasividad ante los problemas ambientales y la ausencia de un enfoque integral para la sostenibilidad son características que marcan el desempeño de esa fracción en materia ecológica.

El futuro de Hidalgo exige un cambio radical en la forma de legislar. 

Los representantes populares deben reconocer que la protección del medio ambiente no es solo una cuestión de conciencia ética, sino también una necesidad urgente para la supervivencia de las comunidades y el desarrollo económico del estado.

Un poco tarde, pero al menos se dio un paso hacia adelante, en la medida que se cumplan los objetivos de esta comisión.

Y no fue gracias al Partido Verde, ni a sus integrantes, ni a sus chapulines, ni a sus simpatizantes.

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