Suponiendo… sin conceder

Suponiendo… sin conceder

Traicionar al patriarcado

En los descarnados, agresivos y cobardes pleitos que en las redes sociales se desarrollan impiadosamente todos los días, se puso de moda un término que pretende ofender a los hombres que, por alguna razón, han concientizado su identidad los privilegios que, solo por ser hombres, tenemos: “aliade”.

Así, con “e”.

El epíteto es endilgado por el bando contrario, el de los hombres que aún persone en ignorantes y creen que ellos también deben ser sujetos de derechos “al parejo” que las mujeres.

El colmo de la estupidez es que, ahora, se ha llegado a exigir un día para celebrar el ser hombre y, como no hay eco en las masas para festejarles y llenarles de elogios por soportar la difícil circunstancia de ser hombre, se tiran al suelo virtual -y el real en muchos casos- en berrinche inconcebible.

Los “aliades” no son más que hombres que, como lo dijo la diputada local de Hidalgo, Tania Meza, “traicionan al patriarcado”.

Y es una traición completa, entera, consciente de las consecuencias que ello implica, es decir, sabedores de que serán tundidos y criticados por las masas, hordas, piaras de machos ignorantes que claman sangre virtual.

De frente no, porque son cobardes. Pero la reputación virtual está en juego.

Sin embargo, es el único camino para equilibrar, pues en todo el mundo, una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física o sexual por parte de parejas o exparejas.

Todos hombres.

Los feminicidas son todos hombres. El machismo mata, el feminismo, exhibe.

En la lucha política de las mujeres son pocos los hombres que, traicionado al patriarcado, no se suman al golpeteo oculto y cobarde del que sin víctimas las mujeres que osen destacar por encima de algún “masculino”.

Si, hay que traicionar al patriarcado para equilibrar las condiciones salariales, laborales, políticas, sociales, económicas, culturales.

Pocos hombres, genuinamente, asumen sin rubor ni vergüenza acomplejada la subordinación a una mujer. Menos aún quienes lo hacen con placer, so pena de ser tildados de “aliades” o algunos adjetivos más vetustos e igual de ofensivos, como mandilón, maricón, verbigracia.

Y, desde luego, también hay mujeres que deben traicionar al patriarcado, porque forman parte de él incluso inconscientemente.

Traicionar al patriarcado implica, en su caso, hacer valer el “es tiempo de las mujeres” ante quien sea.

Ante un presidente municipal, ante un gobernador, ante un presidente de la República.

Sin la menor duda: para avanzar, hay que traicionar al patriarcado.


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