Morena, ahora sí habrá derecho de admisión
El caso de los Yunes, Miguel Ángel padre y Miguel Ángel hijo, en el contexto de la aprobación de la Reforma Judicial, significó un parteaguas en la conformación de las estructuras políticas del partido en el poder.
La recientemente electa gobernadora de Veracruz, tierra de los Yunes, Rocío Nahle, en previsión que aquellos impresentables expriistas y ahora expanistas quisieran guarecerse de la lluvia de críticas y mentadas -bien ganadas-, adelantó que no, que a partir de ahora se reservarán el derecho de admisión.
El pragmatismo insultante del aún presidente Andrés Manuel López Obrador, quien escupió que hay que equilibrar los principios con la eficacia, caló duro en los más acendrados morenistas, incluso aquellos que hacen de la lambisconería su forma de vida.
“Cuidamos y respetamos a las bases y al pueblo. Por lo que “NOS RESERVAMOS EL DERECHO DE ADMISIÓN”, señaló la gobernadora morenista, así, fuerte, a gritos, en sus redes sociales.
En Hidalgo, Morena ha dejado pasar prácticamente cualquier cosa, hasta este domingo, en que sus más poderosas figuras se reunieron para refundar sus documentos básicos.
Esos, que son el alma, la médula de su existencia como proyecto político, de su ideología como forma de gobierno.
Más allá de la demagogia característica de este movimiento, como toda institución política tiene dos objetivos fundamentales: ganar elecciones y gobernar de la forma más eficiente aplicando sus principios y fundamentos como política pública.
Ganar elecciones lo han hecho incluso sin querer, con el impulso de su líder político nacional; gobernar aplicando sus postulados, pues es evidente que no, aún.
En la reunión del domingo dejaron muy en claro: con la asistencia de los “verdaderos liderazgos” y “legítimos militantes” de Morena, se refleja “la unidad que prevalece al interior de este partido político, que trabaja de la mano con la administración estatal, es decir el gobernador Julio Menchaca, el jefe político estatal, para llevar los beneficios de la transformación a cada rincón de Hidalgo, alineados con el proyecto nacional del presidente López Obrador y la presidenta electa, Claudia Sheinbaum.
La reconstrucción de sus documentos básicos es el momento ideal para sacudirse oportunistas, como el grupo del exgobernador Omar Fayad, como los excolaboradores del exgobernador Miguel Osorio, que arrastran tras de sí la pésima imagen que implican los actos de corrupción documentados en que, quizás, hayan intervenido.
Ese derecho de admisión que no han tenido, que no les ha permitido gobernar sin “equilibrar la eficacia con los principios”.
**Las expresiones contenidas en estas líneas, son opinión de ellas, y por lo tanto, no representan la postura editorial de CentralMX.
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