Arrecia la “guerra sucia”, contra el árbitro electoral
La guerra sucia se inventó para combatir a quienes, limpiamente, no se puede enfrentar.
Antaño, con panfletos y pasquines regados en la calle, se atacaba al adversario sin importar si lo que se decía era mentira o verdad.
Eso es lo único que no ha cambiado, los ataques con falsedades o medias verdades, cuando mucho.
Los métodos, ahora más sofisticados y tecnológicos, tienen un alcance exponencialmente mayor a los orígenes de esta práctica.
La guerra sucia se practica en contra de candidatos y, sobre todo, candidatas, a quienes se les endilga mentiras no solo de carácter político sino, principalmente, personal, los que más escándalo causan.
Pero también se ataca, para mermar el prestigio y capacidad de operación, en contra del árbitro electoral.
Es normal que se ataque al árbitro para echarle la culpa cuando alguien perdía la contienda.
El Instituto Nacional Electoral (INE) desmintió una información que circulaba en redes sociales, donde presuntamente se hallaron boletas electorales marcadas en favor de Morena.
Las boletas electorales que distribuye el INE en los 300 distritos electorales del país, están foliadas para evitar su sustitución.
Cuando las boletas electorales son ilegalmente sustraídas, el INE debe presentar una denuncia ante la autoridad competente y solicita la reimpresión de boletas con folios diferentes a las que sustrajeron para evitar su uso en la comisión de cualquier delito electoral.
El tres de mayo pasado, el INE inició con la distribución de 317 millones de boletas electorales hacia los 300 distritos electorales, en camiones escoltados por elementos del Ejército , la Marina y la Guardia Nacional, acompañados por personal calificado y autorizado por el Instituto.
El material electoral que muestra el video señalado y ampliamente difundido, no corresponde al que será utilizado para las elecciones de 2024.
El video exhibe hechos que ocurrieron durante el proceso electoral de 2018, en el municipio de Macuspana, Tabasco, cuna del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Claro, hay expertos en guerra sucia, en mentir abierta y descaradamente para después, buscar la llamada “raja política”.
Y así, debilitar el prestigio y buen nombre de los encargados de vigilar el proceso electoral.
Suena perverso. Lo es.
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