Adriana Flores, sacar a la “vieja política”
Así, sin puntos suspensivos, sin dobles intenciones, la aspiración de Adriana Flores Torres, candidata al Senado de la República por Movimiento Ciudadano, emerge de un cedazo distinto y, sobre todo, legítimo.
Legítimo a pesar de que “la nueva política” sea encabezada por un dirigente político, como Dante Delgado, que no tiene nada de nuevo ni de novedoso.
Legítimo a pesar de que la propia Adriana Flores provenga de esa misma vieja política, en la que militó por dos décadas.
Legítimo pese a que, en el sentido estricto de la preparación profesional, Flores Torres desconozca las funciones que como senadora tendría, pues al prevenir a la gente de que «no se dejen engañar» cuando «la vieja política» prometa legislar en favor de la gente, ignora que en el Senado se legisla, como en la Cámara de Diputados o el Senado de la República, cuando envían un documento a su colegisladora, como cámaras de origen o revisora, según sea el caso.
Legítimo porque propone, así sea a través de un partido que poca oportunidad le dará de ganar, sí le da la posibilidad de competir con seriedad por la primera minoría.
Esa que le será asignada al primer lugar de la fórmula de candidatos que encabece la lista del partido político que, por sí mismo, haya ocupado el segundo lugar en número de votos.
En ese escenario, Flores Torres tendrá la invaluable oportunidad de vencer a la vieja política, la que representan Carolina Viggiano Austria y Damián Sosa Castelán.
En el caso de la priista, la competencia trasciende de lo estrictamente electoral, con referencia a la situación que se ha presentado con la candidata del PRI, PAN y PRD.
Carolina Viggiano Austria, el pasado 12 de febrero en una rueda de prensa, hizo una declaración que viola la ley que ampara a las víctimas y en el que incurre en el delito de violencia política en razón de género.
Derivado de lo anterior, Adriana Flores interpuso una denuncia, ya que, en dicho evento, Viggiano Austria dió a conocer su nombre, lo que pone en riesgo su integridad y la condición equitativa en la disputa jurídica que, hipotéticamente, entablaría Flores Torres en contra de su exsuperior jerárquico.
La hoy candidata por Movimiento Ciudadano, en una encuesta reciente, aparece a dos puntos porcentuales de su rival priista.
El tiro está, en similares condiciones, la desventaja es evidente en experiencia electoral, nada más, pues aun cuando la operación política allana caminos, encabezar una fórmula otorga credenciales diferentes.
La “nueva política” tendrá que aprender rápido y competir en el poco menos de un mes que le resta a la contienda.
Aprender a capitalizar el voto de castigo que el PRI y la propia Viggiano Austria arrastra desde hace años y potenciar el propio, por novedoso.
Aprender en el terreno electoral, y en el legislativo.
Aprender que en el Senado, sí podrá presentar iniciativas.
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