Estados deben legislar para garantizar que niñas, niños y adolescentes crezcan en un ambiente sano.
El Senado de la República hizo un llamado a los congresos locales para que modifiquen su legislación con el propósito de garantizar que niñas, niños y adolescentes crezcan en un ambiente sano, que “no sean testigos de actos de crueldad o maltrato animal como los eventos taurinos”.
En un punto de acuerdo inscrito en la Gaceta de la Comisión Permanente, se estipula que las comisiones estatales de Derechos Humanos emitan recomendaciones a las legislaturas locales, para prohibir las escuelas taurinas que admiten menores e incluyen actos de crueldad y maltrato animali.
De acuerdo con el documento inscrito, las corridas de toros son “espectáculos que consisten en torturar, mutilar y matar toros mediante una serie de tretas y artilugios, pero la tauromaquia es promovida como recurso turístico en México”.
En el punto de acuerdo se establece que nuestro país es reconocido por los “niños toreros”, ya que a los europeos menores de 16 años no se les permite practicar el toreo en público, por lo que vienen a México para avanzar en su formación y regresar a su país con una ventaja sobre sus competidores.
Señala también que hay escuelas taurinas en los estados de Tlaxcala, Hidalgo, Querétaro, Guanajuato, Aguascalientes, Jalisco, Ciudad de México, Veracruz, Yucatán, Chihuahua y San Luis Potosí, en las cuales, los encargados son extoreros que tienen la función de formar a niños o adolescentes para que se desempeñen en esta actividad.
En estos planteles admiten niños a partir de los ocho años, su aprendizaje inicia con la teoría, donde se les enseña la historia del toreo, se conoce los utensilios y el origen de esas herramientas.
Los menores aprendices de esta actividad torean con pequeños becerros que son sometidos a la divisa (arpón de hierro en el que se enhebran una o más cintas de seda de colores y que se clava en el cerviguillo del toro), el capote, banderillas y muleta en los eventos denominados como becerradas.
Esta actividad es un espectáculo taurino popular en el que se lidian a animales menores de dos años.
Después de la teoría, los niños entrenan cuatro veces a la semana y descansan tres días.
En el documento se detalla que el problema es que desde una temprana edad se les enseña a los menores a mutilar, torturar y matar animales.
Se reseñan diversos estudios en los que expertos advierten que se presentan diversas consecuencias nocivas al presenciar los espectáculos taurinos en el desarrollo intelectual y mental de los menores.
De igual forma, en dichos eventos se les inculca la idea de que la violencia es buena y que torturar animales para el deleite personal es satisfactorio.
El punto del Senado señala que este tipo de prácticas se deben terminar y se tiene que enseñar a los menores a tratar con respeto a los animales, además de procurar su bienestar en todo momento.