Por Santiago Nieto, ansias de novillero
Por: Fernando Hidalgo Vergara @FHidalgoVergara
Resulta comprensible el denuedo con que Santiago Nieto ha encarado su personal aventura como próximo candidato al Senado de la República por su partido, es un hombre joven, de carrera política incipiente a pesar de su larga trayectoria jurídica.
Lo que es incomprensible es que haya cometido un error de primaria, dirían los clásicos futboleros, al anunciar su separación del cargo como jefe del Despacho de la Procuraduría General de Justicia, a la que llegó como el “fichaje”, continuando en los términos pamboleros, más espectacular del gobernador Julio Menchaca.
Y vaya que dio grandes resultados: el maxiproceso de la llamada Estafa Siniestra, que ha descubierto el mayor desfalco del que se tenga registro a las arcas estatales, planeado y ejecutado, en el gobierno del expriista Omar Fayad Meneses, por sus cercanos subalternos, claro, sin que el hoy embajador se percatase de nada, ha sido conducido con lentitud, pero con maestría por Nieto Castillo.
Ya mencionamos aquí la gran responsabilidad que Santiago Nieto tiene con el gobernador y con la sociedad hidalguense, pues al revelar esa sangría pública, se arrogó la categoría de súper funcionario, un “golden boy” justiciero, como es popular y jocosamente conocido.
El error que cometió el día de ayer no es menor, informar que ha pedido licencia y que lo había consultado al propio gobernador, cuando no fue así, es una falta de respeto para el mandatario, para el Gobierno Estatal y para la institución que encabeza.
Luego de la declaración, el Gobierno Estatal confirmó que no había tal licencia, el gobernador no tenía conocimiento de eso y que Nieto Castillo no le había manifestado sus intenciones de separarse del cargo.
Luego, en una forzada entrevista con un medio local, Nieto Castillo matizó al decir que su licencia surtirá efectos a partir del próximo lunes, pero que “ya fue presentada”.
Nieto Castillo no fue nombrado por el Congreso, fue designado jefe del despacho ante la renuncia de su antecesor, previo a una reforma exprés a la Ley Orgánica del Ministerio Público que le permitió tomar posesión, su salida no tendría que ser tan atropellada.
Santiago Nieto enfrenta grandes retos, tiene encima el maxiproceso, tiene encima las denuncias del abogado chicanero Javier Coello Trejo, tienen encima las campañas electorales.
Poco aprieta quien mucho abarca, y Nieto Castillo, con las ansias de un novillero imberbe, pretende apretar más de lo que puede abarcar.
El compromiso legal y moral con Hidalgo y con el gobernador no puede quedar en segundo término, mucho menos en tercero.
No se lo puede permitir.
