Nuevamente, maltrato a la prensa de politiqueros ignorantes
Por: Fernando Hidalgo Vergara @FHidalgoVergara
La gente más ignorante es la que más maltrata a la prensa.
Es decir, a las y los periodistas, a las y los reporteros, quienes salen a gastar suela y recibir sol en búsqueda de la noticia, la cual, a veces sobrevalorada, en muchas ocasiones tiene que ver con políticos de poca monta y sus achichincles de menor cuantía cuyo mayor mérito es estar de moda o servir de parapeto o distractor para fines y personajes mayores.
Las y los reporteros, quienes, como bien dijo Gabriel García Márquez el 7 de octubre 1996, en la quincuagésima segunda Asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), son el grado máximo del periodismo.
Pero, eso sí, al día siguiente, o en la brevedad posible más actualmente, con la inmediatez de las redes sociales, esos personajes de luces intelectuales tenues, por no decir mortecinas, quieren, anhelan, exigen verse retratados en las primeras planas, en los primeros reportes de la web, en la foto, sonriente, reluciente aun con su exigua presencia.
Y si ello no ocurre, explotan, su limitado cacumen pergeña complots, ataques, politiquería, campañas de denuesto o “desprestigio” – vaya paradoja que nos dice que para desprestigiar a alguien, primero debe tener prestigio–, pero jamás, ¿cómo va a ser? aceptar que incurrieron en agresiones, maltratos e insolencias en contra de periodistas que acudieron a trabajar, no como cortesía ni mucho menos placer, a ver si “daba nota” como personaje y no como circunstancia malhadada.
Es el caso del equipo de campaña y de los anfitriones del exsecretario de gobernación, Adán López Hernández, quienes ayer, previo a su primer acto de campaña…para coordinador de la defensa de la cuarta transformación, impidieron de forma majadera el trabajo de las y los periodistas que asistieron a cubrir el “evento”.
Con la descortesía a flor del charolazo, personal de (in) seguridad impidió el acceso a los medios de comunicación al desayuno que con empresarios hidalguenses sostuvo la corcholata más inanimada del catálogo presidencial.
Además de la descortesía, la cobardía, pues posteriormente integrantes del equipo del propio López Hernández pretendieron deslindarse del hecho al culpar a los organizadores del Consejo Coordinador Empresarial.
Quien quiera que hubiese sido, el acto de agresión ocurrió y, sin la menor duda, también la escena concurrente en esta clase de altercados, promovidos por la intolerancia e ignorancia:
– Oye, ¿por qué nos “pegan” en los medios?
– No sé, jefe, seguramente su más enconado adversario ya los maiceó para empezar una campaña contra usted.
– Si, eso debe ser. Maldita prensa vendida.
No falla, la escena que emula el teatro de La cena de los idiotas.