Por Oficialismo y misoginia contra Xóchitl Gálvez
Por: Fernando Hidalgo Vergara @FHidalgoVergara
El presidente Andrés Manuel López Obrador cometió un error estratégico con la senadora Xóchitl Gálvez Ruiz.
Además de violentar una orden judicial, pero eso desde luego, dado el poder presidencial, quedará en las filas del anecdotario.
El error mediático sí está causando una afectación a los planes presidenciales, es, además, un yerro poco común en el mandatario, quien no sabrá nada de administración pública pero de comunicación política se las sabe todas.
Su falla consistió en dar un exponencial envión a Gálvez Ruiz, al no haberle permitido acudir a la conferencia mañanera para exponer su derecho de réplica ante la mentira que ahí se difundió.
A la postre esa negativa y violación judicial le resultó positiva a la senadora hidalguense, quien vio crecer sus números en las encuestas y popularidad en las redes.
Señal infalible de su crecimiento popular es el ataque descarnado que Gálvez Ruiz ha sufrido en los últimos días por parte de la prensa oficialista.
Cartones acres – como debe ser una caricatura, ciertamente- de los moneros del régimen, notasy columnas de periodistas – voceros que resultan una conditio sine qua non para conocer los alcances electorales que en Palacio Nacional y en el cuarto de campaña de Claudia Sheinbaum le ven a la senadora panista.
El ataque más infausto y de contenido misógino vino, precisamente, de la candidata presidencial, Claudia Sheinbaum Pardo.
Sheinbaum aseguró que “no cualquier mujer” puede ser presidenta, tras destape de Xóchitl Gálvez.
En ese “no cualquiera” cabe e implica el hecho de que Gálvez Ruiz no ha sido palomeada por el líder máximo de la nación, por el patriarca de la causa, por el único elector válido, el presidente Andrés Manuel.
El resto de los epítetos endilgados a Gálvez Ruiz por Claudia Sheinbaum son lo de menos, son lugares comunes demagógicos utilizados a lo largo del sexenio.
Xóchitl Gálvez sabe navegar a contracorriente, sobre todo sabe lidiar con la prensa oficialista que lo mismo le cambia el nombre que le inventa ligas con las grandes “mafias del poder” habidas y por haber.
La paradoja no deja de llamar la atención, en la oposición tenían dudas de la capacidad y popularidad de Xóchitl Gálvez para enfrentar una campaña presidencial.
Esas dudas las disiparon el presidente de la República, su candidata y sus voceros.
