El “PRIMOR”, sus apetitos voraces.
Por: Fernando Hidalgo Vergara
Cualquier escarceo legal que tengan que hacer para permanecer al frente de sus partidos, tanto Mario Delgado como Alejandro Moreno, en sus respectivas dirigencias nacionales, junto con sus secretarias generales Citlali Hernández y Carolina Viggiano, lo van a hacer.
Así sea pasar por encima de sus propios estatutos y sobre todo, de la ley.
El mismo mecanismo, alargar el periodo de su mandato a pesar de que, en sus registros reglamentarios se les impida y de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación tenga la intención de hacer valer la ley y esos reglamentos.
Moreno y Viggiano trataron de mostrar músculo pero, como ya no tienen, mostraron colmillo.
Dividieron todavía más a su partido en busca de consolidar un consejo político a modo y mantener la dirigencia hasta el próximo año.
Sin embargo, en febrero pasado, el Instituto Nacional Electoral (INE) invalidó la reforma a los Estatutos del PRI; por lo que deberán abandonar la dirigencia el 18 de agosto.
El otrora poderoso partido tricolor tendrá que convocar a un proceso interno para elegir una nueva dirigencia.
Morena fue más allá de lo que el famélico PRI pudo hacer, las gobernadoras y los gobernadores de Morena dieron a conocer, en un desplegado pagado en medios de comunicación, seguramente con el salario de los propios mandatarios, que el pasado 17 de septiembre, los participantes del Tercer Congreso Nacional Ordinario del partido, aprobaron que Mario Delgado permaneciera en la dirigencia nacional, así como Citlalli Hernández como secretaria general.
Alardearon, pues, que echando montón, que usando su “mayoría responsable”, la ley les importa un demonio.
Las y los gobernantes firmaron un documento en el que expresaron que el proyecto de la Magistrada electoral, Janine Otálora, el cual invalida la ampliación de los cargos de los dirigentes nacionales, es “ilegal y antidemocrático”.
“Es una clara intromisión ilegal en la vida de un partido político, poniendo en riesgo la democracia y voluntad de las y los millones de mexicanos que formamos parte de él”, expresaron en el mismo desplegado.
Ante el montonerismo, los preceptos legales: Janine Otálora, estableció que aunque los gobernantes de los estados decidieran extender el plazo de la dirigencia nacional, se debe respetar el principio de periodicidad de su dirigencia y no puede prorrogarlos, además, como mínimo detalle al calce, que dicho supuesto no se prevé en el Estatuto de Morena.
El razonamiento jurídico de la magistrada Otálora explica que “resulta excesivo, innecesario e irrazonable, ya que vulnera en perjuicio de la militancia de Morena el derecho político-electoral de participación democrática en la formación de la voluntad del partido”.
Este proyecto de sentencia podría declarar la invalidez de la extensión de los cargos de Mario Delgado y Citlalli Hernández, lo que les impediría llegar para los procesos de elección de candidatos del próximo año, debido a que dejarían su cargo este 2023.
Ambos partidos, con los recursos a su alcance, unos con chicanadas y otros con la cargada, buscan, lisa y llanamente, violar la ley electoral para mantener a sus dirigentes en el poder.
De esos institutos políticos surgirán las candidaturas de cuyos ganadores nos gobernarán en el corto plazo.
¿Qué podría salir mal?
1Comentario